viernes, 23 de noviembre de 2012

RELATO - JENNY VS PAMELA (PELEA DE NOVIAS )

por: PROMOTOR

http://es.groups.yahoo.com/group/promotorcatfight/files/jenny%20vs%20pame.doc

La rivalidad entre Jenny y Pame venía de lejos. Por una parte, se trataba de la clásica confrontación entre dos tías buenas, pues las dos gustaban de ser protagonistas y atraer la mirada de los hombres y a ninguna le gustaba tener competencia cerca.

Por otra parte, sus novios se encargaban de picarlas continuamente y las chicas habían pasado de mirarse mal a odiarse del todo. Debido a ello cuando sus novios las propusieron organizar una pelea entre ellas para saber quién era realmente la más hembra, las dos aceptaron sin dudarlo, ambas deseando zurrar a su rival delante de los dos hombres.

Dani se encargó de buscar un sitio tranquilo y llamó a su amigo Darío para hablarle del tema y pedirle prestada su finca como escenario del combate. Darío accedió naturalmente y además acordaron que estaría presente como espectador imparcial para grabar en video la pelea.

Unos días después, un nublado domingo por la mañana, las dos chicas y sus novios se presentaron en la finca como estaba acordado. Darío les esperaba con unas cervezas y la tensión se palpaba en el ambiente, con las dos bellas mujeres sin mirarse siquiera, pero evidentemente decididas por sus caras de concentración.

Tras unos minutos de cháchara entre los hombres, en los que Darío enseñó a los novios la cámara con la que iba a grabar la pelea y de la que luego mandaría copias a ambos., todos se dirigieron al jardín y Darío propuso que la pelea se desarrollara en la gran extensión de césped que había entre la casa y la piscina. Pamela escuchó y simplemente asintió, pero Jenny comentó sarcástica.

---Que más da, la putilla rubia va a acabar llorando donde sea.

Pame no dijo nada, pero por primera vez se la veía nerviosa. Luego Darío y los novios hablaron de la ropa que las dos llevarían durante el combate. Tras un poco de discusión, Darío propuso que usara camisetas y pantalones cortos de los que su mujer tenía en la finca, y fue aceptado por los dos chicos, y que ambas pelearan descalzas también, pero a petición de Dani, se permitió que las chicas llevaran también calcetines blancos.

Darío entro en la casa y salió unos minutos después con la ropa, sugiriendo a las chicas que entrasen en los baños de la piscina a cambiarse. Las dos cogieron las prendas y se metieron cada una en un baño, mientras Darío preparaba la cámara y los novios, ya impacientes, se retiraban a un lado de la pradera para ver por fin a sus novias frente a frente.

Darío empezó a grabar mientras las chicas, casi a la vez, salían de los baños. Los pantaloncitos y las camisetas de su mujer les venían un poco pequeñas y las marcaban las curvas y los pechos de forma muy erótica. Las dos tenían puestos los calcetines y avanzaron hacia Darío, que las indicó que se pusieran cada una a un lado de la pradera, bien separadas. Las dos chicas se alejaron cada una hacia un lado, con Pame mirando al suelo y Jenny sonriente lanzándoles besos a los chicos.

Luego Darío, sin parar de grabar, se acercó a Pame primero y  la preguntó:

--- ¿Preparada?

La rubia, evidentemente nerviosa, respondió.

---No sé, no sé si esto es buena idea.

Darío la dijo que la decisión era suya, pero preocupado por quedarse sin espectáculo, añadió:

---Puedes decir que te retiras y ya está, lo que se va a reír la maciza de Jenny sabiendo que te ha acojonado, jejeje.

Eso devolvió el brillo a los ojos de Pame, que rápida contestó:

---Esa payasa no me asusta.

Darío añadió:

---¿Seguro?. Ya sabes, la pelea es sin reglas.

Pame dudaba de nuevo, pero con zorrería adelantó un poco sus tetas estupendas hacia la cámara y hacia Darío mientras decía:

---Tú me ayudarás si me va mal, ¿no?.

Darío hizo un gesto que podía significar cualquier cosa y Pame pareció darse por satisfecha, especialmente cuando escucho también a su novio gritándola ánimos desde fuera de la pradera. Viendo que Pame al final si iba a tener ovarios para pelear, Darío dándose la vuelta se dirigió al otro lado, donde estaba Jenny.

Jenny no estaba nada nerviosa. En realidad , parecía impaciente, saltando un poco sobre sus blancos calcetines, como calentando. Sin que Darío la dijera nada, Jenny riendo pregunto:

---¿Que te decía la putita rubia?, ¿tiene pánico?.

Darío contestó:

---Un poco, ¿tu no?.

Jenny se rió contestando:

---Para nada, llevo meses esperando agarrarla, ya verás la mano de ostias que la voy a dar.

Darío la advirtió también:

---Cuidado, ya sabes que la pelea es sin reglas.

Jenny, riendo de nuevo fieramente, respondió:

---La única regla es que la rubia me va a comer el coño por puta y por pringada, lo vas a ver tú y los chicos.

Y luego añadió:

--- Luego tu grabación  la colgamos en internet, para que su familia vea lo zorra y perdedora que es.

Darío, tras haber comprobado que las dos chicas estaban de acuerdo en enfrentarse, se apartó un poco mientras seguía grabando y las dijo que adelante, que podían empezar.

Las dos avanzaron lentamente, ninguna quería precipitarse ni cometer un error y a dos metros se detuvieron, Pame muy seria y Jenny sonriendo de oreja a oreja. Viendo la expresión de la rubia, la morena dijo burlándose:

---Zorra tonta, te voy a reventar.

Y sin más se lanzó sobre Pame, que la esperaba con las uñas por delante. cabeza junto a cabeza, las dos se agarraron girando de pie por la hierba como si bailaran, sin que se viera dominio de ninguna.

Jenny tenía el pelo de Pame cogido con sus dos manos y la rubia tenía a la morena agarrada por las orejas. Las dos daban tirones moviendo a un lado y a otro la cabeza de su contraria, intentando hacerla retroceder.

Ninguna daba un paso atrás, pero la presa de Pame en las orejas de Jenny era bastante más dolorosa que la de Jenny en el pelo de la rubia, lo que quedó claro por los grititos de dolor que empezó a soltar la morena. Pame se dio cuenta del momento de flaqueza de su rival y haciéndola agachar la cabeza tirando de sus orejas se dispuso a darla un rodillazo en la cara.

Pero Jenny estaba solo dolorida, seguía entera y girando ágilmente a un lado esquivó el rodillazo de la rubia, que quedó por un momento desorientada. Fue solo un segundo, perola morena no necesitaba más y con un puñetazo animal contra la cara de su enemiga la derribó.

Jenny se acercó a su caída contrincante para patearla, pero Pame levantando sus dos piernas se preparó para soltar la una coz. Con Jenny buscando una entrada en la defensa de la rubia y dando círculos , Pame con la espalda en el suelo y las dos piernas levantadas y flexionadas esperaba el ataque de la morena para golpearla.

Tras dar dos vueltas alrededor de su enemiga, la morena no encontraba hueco, por lo que hábilmente fintó hacia un lado y cuando la rubia giró Jenny se lanzó sobre ella, en el césped.

Sentada en el suelo, con su torso apoyado contra el de Pame, Jenny intentaba controlar a la rubia sujetándola de las muñecas, pero solo pudo agarrarla una . Con su mano libre Pame cogió el pelo de la morena tirando con fuerza, pero perdió un tiempo precioso.

Ignorando el dolor en su cabello, Jenny tiro de la muñeca que tenía cogida y puso el antebrazo de Pame entre sus muslos, cerrándolos luego con fuerza y dejando el brazo atrapado entre ellos. Luego se centró en el otro brazo de la rubia y finalmente consiguió agarrarla también por la muñeca y tras un breve forcejeo lo puso contra el cesped, manteniendola agarrada.

La rubia se vio sujeta, atrapada, y comenzó frenética a retorcerse y a patalear, todo su cuerpo sensual agitándose y debatiéndose. Su fuerza y determinación eran grandes y quizás hubiese logrado escapar, pero Jenny no estaba dispuesta a darla ninguna oportunidad.

Con su brazo libre, la morena comenzó a dar a Pame puñetazos en la desprotegida cara, como un martillo pilón, insultándola con cada golpe a gritos.

---Zorra---una ostia---Guarra---otra ostia---Perra---otra ostia---Puta---otra ostia---Cerda---otra ostia.

La cara de Pame se iba poniendo roja por los golpes y la rabia impotente de sentirse sujeta y golpeada. Sus pataleos histéricos no cesaban, hasta el punto en que sus ceñidos pantaloncitos se rompieron por el medio, dejando claro que la rubia no llevaba bragas.

Mientras los insultos seguían hiriendo sus oídos y los puños de Jenny su cara , en uno de sus pataleos Pame golpeó con su rodilla la espalda de la morena y la rubia se dio cuenta de que esa era su única opción de escapar.

Con todas sus fuerzas, la rubia comenzó a dar rodillazos en la espalda de Jenny, que sin soltarla seguía dándola golpes en la cara. Durante medio minuto las dos continuaron así golpeándose entre gritos de rabia y dolor.

Pero bien porque los golpes de Pame fueran más fuertes o bien porque la resistencia al dolor de Jenny fuera menos, los gritos de la morena se hicieron más fuertes y sus golpes más flojos mientras la rubia no cejaba en su empeño de soltarse.

Finalmente Jenny ya no aguantó más y soltando el brazo de Pame se giró para cabalgarla y librarse de sus rodillazos. Sin embargo Pame no estaba aún vencida y viendo que la morena se disponía a montarla adelantó su cabeza para morderla en el cuello.

La morena fue rápida y apartándose un poco logró salvar el cuello , pero los blancos dientes de la rubia se clavaron en su hombro, haciéndola aullar de dolor. El mordisco fue brutal y la morena no pudo evitar que Pame la empujara, haciéndola rodar y separarse ambas unos metros.

Con los ojos encendidos por la batalla las dos se levantaron y en ese momento comenzó a llover. Mientras las gruesas gotas caliente caían las dos gatas se miraban rabiosas, con síntomas claros en ambas de que la pelea está siendo muy dura. La camiseta de Jenny está rota y una marca de sangre aparecía en su hombro donde la gata rubia la había mordido salvajemente. Peor aspecto tenía Pame, con su cara colorada e  hinchada por los muchos golpes, pero ella también parecía decidida como su enemiga a no dar un paso atrás.

Viendo su camiseta rota con un gesto orgulloso la morena se la quitó, quedando en topless. La rubia solo dudó un momento y después se quitó también la camiseta y después viendo que sus pantaloncitos estaban desgarrados se los quitó también, quedando desnuda y con solo los calcetines blancos puestos. Sin cortarse, Jenny también se quitó los suyos, quedando tan desnuda como la rubia, con los calcetines blancos algo teñidos del verde césped.

Mirando la cara estropeada de la rubia, Jenny dijo con chulería:

---Te estoy dejando guapa, putilla.

Pame antes no había contestado a las puyas en insultos de la morena pero ahora dijo furiosa:

---¡Hija de puta!, te voy a joder viva.

Y sin más pausa se lanzó a por la morena, que también avanzó hacia ella. esta vez las dos no se trenzaron, sino que comenzaron a lanzarse golpes, muchas tortas y algún puñetazo.

Darío, bastante cerca de ellas, no perdía detalle grabándolo todo. El cuerpo de las dos chicas relucía del agua que seguía cayendo y los hombres miraban el cuerpo escultural de Jenny y el aún más sensual de Pame, mientras ellas gruñían como animales mientras se golpeaban.

Poco a poco se vio que las dos usaban una táctica distinta. La morena golpeaba casi todo el tiempo la cara de Pame, mientras esta se centraba más en atizar a Jenny en el cuerpo y los pechos.

Un par de minutos después sus golpes se iban espaciando aunque ambas seguían lanzando sus puños con la rabia que tenían dentro.  La cara de Pame estaba hecha un poema. A los fuertes golpes que Jenny le había dado mientras la tenía atrapada había que sumar los que estaba recibiendo ahora, algunos muy claros y nítidos. Sus labios estaban hinchados al doble de su tamaño y sus mejillas también, sus ojos empezaban a parecer dos ranuras y su nariz esta roja como un pimiento. Darío podía ver un podo de sangre en la boca de la rubia, señal de que algún diente había sido bien tocado por los golpes de la morena. Jenny por su parte parecía mucho menos castigada, apenas sin marcas, pero los golpes recibidos en su pecho y costados la había quitado mucho aire y su respiración era mucho más entrecortada y acelerada que la de la rubia.

Angustiada por la falta de resuello, Jenny lanzó un golpe demoledor intentando noquear a la rubia, pero sus movimientos fueron muy evidentes y agachándose un poco Pame lo esquivo, contraatacando con un gancho cruel contra la teta izquierda de la morena y luego otro muy rápido contra su desprevenido estómago.

El puño de Pame pareció hundirse en la barriguita de Jenny y esta cayó al suelo como un saco de patatas, quedando de rodillas, con las dos manos en su muy dolorido estómago y sin apenas aire.

Sin perder un segundo, la rubia agarro a Jenny con una mano del pelo y con la otra la arañó la mejilla, dejando varias marcas rojas en la cara de la bella morena. Luego repitió el movimiento en la otra mejilla, mientras el agua que caía por el cuerpo de Jenny empezó a teñirse de rojo por las heridas que las uñas de la cruel morena habían provocado.

Jenny gritó de dolor y espanto al llevarse la mano a la herida cara y retirarla manchada de sangre y exclamó.

---¡Perra!, me has marcado.

La fiera Pame sonrió y acercó de nuevo su mano a la cara de la morena, dispuesta a arañarla de nuevo. Pero Jenny no pensaba dejarla hacerlo de nuevo y esta vez fue ella la que adelantando la cabeza mordió los dedos de Pame, que abrió la boca en un mudo gesto de dolor.

Mientras Jenny la mordía la rubia veía las estrellas, con dos dedos dentro de la boca de Jenny, que parecía querer arrancárselos. Desesperada por soltarse, Pame no se lo pensó dos veces  y su pie se lanzó en una patada bestial contra el coño de la arrodillada morena, alcanzándola con el empeine en plena almeja, y casi levantándola del césped por el impacto.

Jenny cayó de lado en posición fetal, con las manos entre las piernas, rugiendo de dolor, mientras la rubia se frotaba los doloridos dedos, con las marcas de los dientes de la morena en ellos. Luego Pame se acercó a Jenny y se puso tras ella. En un movimiento felino y salvaje, la rubia dejo caer todo su rodilla con todo su peso sobre la cabeza de Jenny que quedó desmadejada, solo medio consciente.

Entonces la rubia se tumbó en el suelo a su lado. Pame con calma puso entre sus piernas la cabeza de Jenny, con la cara de la morena apretada contra el húmedo y peludo coño de la rubia, y tumbándose de lado la dejó atrapada en una tijera al cuello y cara, eficaz y humillante.

Con  un brazo atrapado entre un muslo de pame y el césped y el otro sujeto por la muñeca, Jenny estaba cazada, y en cuanto empezó a espabilarse la rubia comenzó a apretar con sus piernas, ahogando a la morena vencida.

En favor de Jenny y su coraje hay que decir que intentó soltarse a pesar de estar claramente dominada y vencida, con su cuerpo casi insensible tras la brutal patada a su conejito, pero ella todavía intentó soltarse débilmente.

Con poca fuerza, una de sus piernas se extendió, intentando dar a Pame, que con malicia se la agarró con su mano libre. La situación de Jenny era patética, con sus brazos y una pierna sujetos y su nariz respirando el olor del sexo de la hembra que la estaba sometiendo.

Viendo los absurdos intentos de la morena por escapar, moviendo débilmente la única pierna libre que tenía, Pame apretó más fuerte la tijera y gritó a los novios que se acercaran.

Los dos hombres se acercaron y vieron a la ya muy ahogada morena boquear en busca de aire, su boca y nariz a solo un par de centímetros del chocho de Pame.

La manera en que la rubia la tenía la pierna agarrada hacía que las piernas de Jenny estuvieran muy abiertas, exponiendo del todo sus sexo, húmedo por la lluvia. Viendo divertida las expresiones de los hombre, Pame dijo:

---Darío, ven aquí y graba un primer plano del coño de esta puta barata.

Darío así lo hizo, sin oposición ninguna ya por parte de la vencida y entregada hembra que había perdido. Luego movió la cámara haciendo un zoom sobre el coño de pame y la cara de Jenny atrapada en la tijera. las lágrimas rodaban sin parar por las heridas mejillas de Jenny y era evidente que el final estaba cerca.

Sin nada de aire ya la boca de la ahogada morena se abrió y para mayor vergüenza de la vencida amazona, su lengua salió entre sus labios, ahogada, tocando el ardiente sexo de su vencedora, que con un apretón final de sus muslos la dejó inconsciente.

Lo último que Jenny escucho antes de la oscuridad fueron las risas de Pame cuando la húmeda lengua de la asfixiada morena tocaron su clítoris.

Cuando despertó, media hora después, Pame y su novio ya se habían ido, llevándose también la cinta de video. Jenny esta dolorida y avergonzada, pero Dani y Darío la consolaron, diciéndola que había sido muy valiente y que la pelea había estado muy igualada.

Jenny se confortó pensando que todo había pasado y que nadie sabía lo ocurrido sin saber que a esas horas Pame ya había colgado en la red la escena de la vencida morena sometida entre sus muslos entre lágrimas, junto a los primeros planos del abierto coñito de la morena.

FIN

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